No hay más ciego…

Suele decirse aquello de que no hay más ciego que el que no quiere ver. Pero cabe otra posiblidad, que realmente no alcance a ver nada, o que sea tal la disfunción entre lo que perciben sus ojos e interpreta su mente que el resultado nada tenga que ver con la realidad. Dicho de otra forma que la visión se convierta en delirio.

Viene todo esto al hilo de la “sorprendente” y “novedosa” propuesta de la izquierda abertzale. Y esque esto de la izquierda abertzale cada vez se parace más al vaticano, y no se asuste nadie, que me explico.

Tardar una porrada de años en darse cuenta de que, tal como decí­amos algunos, la lucha armada era más un lastre que un avance, viene a ser como tardar unos cuantos siglos en aceptar que la tierra gira alrededor del sol.

Concluir después de décadas en que un estatuto de autonomí­a polí­tica al que pueda sumarse Navarra es la solución genial es parecido a tardar años en aceptar que la teorí­a de la evolución es bastante más plausible cientí­ficamente que suponer que dios creó al hombre a su imagen y semejanza.

Acusar a diestro y siniestro de que todos son responsables del bloqueo del proceso, y no ver ni considerar ni siquiera interpretar que quizás pueda que tenga algo que ver en este bloqueo la quema de cajeros, coches, estaciones, o el hecho anecdótico de que alguien volase un parking y matase a dos personas, cosas todas que parece ser que no tienen nada que ver con el proceso, es similar a la posición de la iglesia en torno al sida y el uso de preservativos. Es decir, cerrar los ojos.

A ver si abrimos todos los ojos, jugamos menos a Kafka, y somos un poco más serios, que el asunto, es decir, nuestra vida, nuestra libertad y nuestro futuro se lo merecen.