Sostenibilidad

Publicado en Diario de  Noticias de ílava el 08/02/2007

Oi en cierta ocasión a Avelino Fernandez de Quincoces afirmar que la sostenibilidad no se sostiene sin aceptar cierto nivel de renuncia. Esto es, la sostenibilidad entendida en términos de globalidad, implica que los occidentales renunciemos a ciertas cotas de lo que denominamos desarrollo para poder ofrecer a toda la población  mundial cierta calidad de vida que a su vez no hipoteque el medio ambiente que cederemos a las futuras generaciones.

La sostenibilidad es por tanto un movimiento solidario que se proyecta en dos dimensiones, una espacial, debemos sostener al planeta no a una región de él siendo solidarios con quienes lo habitan, y otra temporal, debemos hacerlo también pensando en quienes aún no lo habitan pero lo harán en un futuro.

Esta sostenibilidad solidaria pasa necesariamente por el respeto al medio ambiente. Y respetar el medio ambiente no es otra cosa que ser conscientes de que hay recursos escasos, o cuando menos limitados, a cuyo consumo todos aspiramos y que por tanto deben ser repartidos en esa doble dimensión a que hací­amos referencia, entre los que vivimos y con los que vivirán.

Entender que ese reparto es justo y que debemos abordarlo es imposible si no somos capaces de ver a los demás como humanos y ponernos en su lugar, y buscar cauces de convivencia basados en minimizar el efecto negativo de nuestras acciones. Aquello famoso de no hagas a los demás lo que no deseas que te hagan.

Y todo esto empieza por cosas más sencillas de lo que a menudo nos creemos. No se trata de decir que como no podemos frenar las emisiones de los grandes grupos industrilaes no podemos ser solidarios ni hacer nada por el medio ambiente. La vida está llena de pequeños detalles que nos enseñan a ser solidarios en nuestro ámbito de competencia, detalles que hablan de una educación necesaria, que si se aplica a lo pequeño se podrá aplicar a lo grande y viceversa.

Me refiero a cosas tan sencillas como limpiar el carmí­n de una taza para evitar que se le pase al camarero y le aparezca a un tercero con el lógico disgusto de ambos, o guardar el celofán en el bolsillo para tirarlo en una papelera, o llevar los vasos a la barra, o aparcar con cuidado de gastar el mí­nimo espacio necesario pensando en que otro coche puede encontrar un sitio junto a nosotros.

El Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz, o mejor dicho, su equipo de gobierno, quiere montar con gran dispendio una carpa sobre la sostenibilidad. La oposición en bloque protesta y ve electoralista la propuesta. Puede que porque lo crean realmente o puede que porque no les beneficia. En cualquier caso, el ayuntamiento en su conjunto, podrí­a por ejemplo limitarse a cumplir lo que aprueba, y recordar cómo enseguida va a hacer un año que se aprobó por sin votos en contra una moción presentada por Eusko Alkartasuna en la que se pedí­a al ayuntamiento la realización de una campaña sobre esta cuestión del aparcamiento en esta clave de la que hablamos. Solidaria y de educación en la sostenibilidad y en el respeto a los recursos escasos, sin sanciones ni castigos, buscando implicar a los ciudadanos en la solución participativa de sus problemas.

Ahí­ está, muerta de risa y todos discutiendo… y es que, como dirí­a el otro, esta situación no se sostiene.

 

 

2 comentarios

  • […] Ya escribí­ algo sobre esto en su dí­a, así­ que vaya por delante que en esto de la sostenibilidad soy más partidario de practicar que de predicar. […]

  • Iosune dice:

    Manda tu curriculum al Partido Popular, seguro que te cogen chaval y si no hay suerte prueba a presentarte al Nobel de Fí­sica (Por ser el mejor txapas)

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