Es muy grave lo que está pasando alrededor de Ibarretxe, y digo alrededor por no saber decir si lo grave es lo que está pasando encima, debajo, delante o detrás. Pero vamos a centrarnos en el tema del juzgado. No es serio ni contribuye a extender la fe en la justicia que algo que a todas luces y guiándonos del sentido común parece lógico, normal y hasta deseable, de con los huesos de uno en el juzgado en calidad de imputado. Me refiero evidentemente a que hablar con alguien sea motivo de delito, pero desgraciadamente nos vamos acostumbrando.
Lo que ya no me parece tan oportuno es lo de la manifestación de hoy. Y no porque no haya razones para protestar sino porque me plantea la cuestión algunas dudas.
La primera de ellas es digamos filosófica, o política, como se prefiera.
¿Irán a la manifestación de hoy más personas que votantes tuvo Ibarretxe hace un par de años? De ser así no cabrían en Bilbao, pero seguramente serán menos. ¿Eso puede interpretarse como que el Lehendakari ha perdido apoyo popular en estos dos últimos años? Tampoco lo creo. ¿Qué es entonces lo que pretende demostrarse? ¿Que se puede mover a la gente a pasar una tarde en Bilbao? ¿Qué se puede en general movilizar a la gente? Pero entonces uno se pregunta ¿Para qué? y ¿Hasta dónde? Porque en definitiva se trata de presionar a un poder del estado desde la calle y de hacerlo además desde otro poder. Es por tanto una lucha de poderes más que una “revuelta popular”.
Por otra parte, si todos tenemos tan claro que el problema no es la imputación de Ibarretxe, sino el deterioro evidente de la credibilidad del aparato judicial, esto de la manifestación ¿no es quedarse a medio camino?
La segunda duda que se me plantea es, digamos, estética. De ahí el título que encabeza estas líneas. Para mi que crecí entre manifestaciones donde volaban las piedras, las pelotas y los botes, donde la moda imperante eran las zapatillas de deporte, las camisas de cuadros, los kaikus y los pantalones de buzo. donde la mayoría eran currelas o estudiantes, y donde a menudo, aún siendo ateos acabábamos como el rosario de la aurora, para mi, decía, estas manifestaciones en las que hay mucha corbata, coches oficiales y hasta escoltas me parecen más un espectáculo, un desfile, que una herramienta de cambio, que un útil revolucionario, claro que, a lo mejor estoy equivocado o anclado en el pasado, es posible.
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Por cierto, vaya revolución la tuya, que te pagan esos que usan corbatas,van en coche oficial y hasta llevan escoltas o no? O no es verdad?. Recuerda amigo que Vitoria es muy pequeña y todos sabemos quien eres y para quien trabajas, entre otras cosas porque es algo público. Pero tranquilo, todo a su debido momento que ya queda poco (apenas tres meses y pico)
Me tengo que frotar los ojos cuando leo varios artículos en donde pones en entredicho la estrategia política del tripartito: es decir de EB, PNV y de EA. Suicidate si quieres, pero por favor NO SALPIQUES