yo no soy tonto

Siento ser dóblemente poco original, pero el caso lo justifica. Poco original escribiendo, un dí­a como hoy, sobre un comunicado como el de ayer. Poco original escogiendo un eslogan comercial para titularlo, pero sinceramente es el más suave que he conseguido redactar, porque prefiero aclarar que no soy tonto, a tener que explicar que hay alguien que o lo es o está loco o tiene realmente serios problemas para distinguir la realidad de su ponzoñoso delirio.

Lo del proceso vení­a siendo patético desde hace tiempo, pero ya lo acontecido desde el 30 roza simple y llanamente el más burdo insulto a la inteligencia, o hablando más en clave de proceso, es realmente un atentado al lenguaje, al sentido común y a la decencia mental.

Si patética fue la intervención de Otegui, el escrito de ETA es simple y llanamente delirante. Tal parece que en el proceso de renovación de la cúpula etarra, y vista su inteligencia y capacidad de análisis y lectura han tardado 10 dí­as en encontrar a alguien que supiese escribir, aún cuando siga sin ser capaz de hacer la o con un canuto.

Porque el escrito es que realmente se las trae, y si no fuera porque detrás hay muertos, reales y virtuales, uno podrí­a llegar a pensar que el autor del mismo es Marx, no Carlos, sino el otro. Afirmar con la que e está cayendo que el famoso proceso está “en una situación grave que no avanza ni para adelante, ni para atrás”  además de una mala traducción es un sinsentido. Otro más. Repartir culpas a diestro y siniestro es una provocación, y decir que el alto el fuego se mantiene cuando se ha roto deliberada y salvajemente, es una locura.

Que decir del sinsentido de afirmar que se mantiene el alto el fuego permanente y decir al mismo tiempo que se responderá a las agresiones agrediendo, por supuesto. O de la canallada que supone decir que los responsables de la muerte de dos ciudadanos son los que no vaciaron el parking. Solo les falta echar la culpa a morfeo, por acogerlos en sus brazos para una cabezadita que acabó convertido en sueño eterno.

No hombre no, estamos sinceramente hartos, y lo estamos la mayorí­a, de estos mindunguis que juegan a militares, y de los que juegan a polí­ticos también. De los que tratan problemas muy serios como si fuesen un juego, y de los que acaban convirtiendo sus juegos florales en un problema muy serio. Que nos dejen vivir en paz, que nos dejen discutir en paz, que nos dejen discrepar y hasta enfrentarnos en paz, pero sobre todo, que nos dejen en paz.