El PP critica al gobierno vasco, en este caso a la consejería de sanidad, por lo que entiende una desmesurada valoración del euskera en su última oferta de empleo público (bastante cuestionable este nombre, por cierto).
Parte de la argumentación sería válida, si no fuese porque viene de donde viene y porque va contra lo que va. Y digo esto porque uno acaba hartandose de nacionalismos decimonónicos, y más aún de nacionalismos arcaicos que además son taimados.
Es en apariencia congruente denunciar que primen contenidos lingí¼ísticos sobre contenidos profesionales. Pero estamos hablando curiosamente del euskera. Y claro, en una polbación que avanza hacia el bilingí¼ismo, el pp entiende que no es importante que un médico, un celador, un enfermero, o sus equivalentes de género, sean capaces de comprender y expresarse en el mismo idioma que sus pacientes. Menos aún si consideramos que todos saben español, es decir, castellano.
Porque estos mismos que defienden que el castellano no es castellano sino español, y que el resto de “idiomas nacionales” de españa, es decir, y según dicen ellos españa es una nación multicultural, el catalán, el gallego, el euskera, etc, no pasan de ser cosas curiosas, pero siempre supeditadas al español.
Estos mismos decía, son los primeros que pondrían el grito en el cielo si Osakidetza trajese a los mejores anestesistas daneses, a los mejores neurocirujanos galeses, y hasta a los más eficientes técnicos de mantenimiento senegaleses, y no se le ocurriese exigirles el conocimiento del español.
Algunos llevan muy a gala su ñ, pero no como españoles, sino como puñeteros.
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