La verdadera noticia

Tengo la insana costumbre de leer dos o tres periódicos al dí­a. Es insana, porque, además de las ganas que a menudo entran de gritar aquello de… paren el mundo que me bajo, llega un momento en el que uno no sabe muy bien si ha leido algo, si lo ha soñado, y en último extremo, en que periódico ha sido.

Y es que lo cierto es, que con demasiada frecuencia uno lee la misma noticia una y otra vez. Y son, muy a menudo, noticias endogámicas, de esas que interesan más a periodí­sticas y a polí­ticos que a los simples lectores.

Una de las ventajas, que alguna tení­a que tener para persistir en ello, es, sin embargo, que es dificil el dí­a en el que no se encuentra en alguno de los periódicos algo que atraiga tu atención, que te informe, y lo que más me gusta a mi de todo ello, que te haga pensar.

Hoy he leido que la gasolina ha bajado la mitad de lo que ha bajado el barril. Profundizando en la noticia, me he enterado de que el barril de brent ha bajado un 20% en un mes, y la gasolina no ha llegado a bajar más allá de un 10%, y el gasóleo, menos aún.

En el mismo artí­culo, cuya lectura recomiendo, se indica que el tema de las petroleras funciona de facto en régimen de oligopolio, cosa que demuestra el hecho de que entre la mejor y la peor oferta que recibe una gasolinera libre (la que compra el carburante al mejor postor) la diferencia ronda el céntimo por litro. No parece mucho para un mercado en competencia.

A mi todo esto sí­ que me parece una noticia, más aún, un escándalo social y financiero. De manera que, cuando se dispara el precio del barril, las subidas se nos repercuten de forma cuasi inmediata, porque así­ debe de ser, pero cuando baja no. ¡Qué curioso, y siempre ganan los mismos! Los mismos cuyos dividendos se disparan en tiempos de crisis energéticas, los mismos que facturan y facturan haya guerra o haya paz.

Y el resto tan contentos, leyendo portadas clónicas con polémicas polí­ticas o deportivas que en el fondo nos resultan lejanas mientras esperamos que se llene el depósito del cohe. Un depósito, que como el del mí­o, va aumentando su capacidad a razón de 10 € al año desde que lo compré hará pronto tres años.

Hay quien dice que no quedan motivos para las revoluciones, y cuando leo estas noticias a veces me planteo que, como las meigas, motivos, haberlos haylos, otra cosa es que no los veamos o no los queramos ver.

 

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