Comedia bufa, vuelve el esperpento.

Lo peor de quererse dar aires de seriedad es que a veces hay que creerse lo increible, y  defenderlo como cierto. No por envarado un discurso absurdo deja de serlo, ni por mucho lustre leguleyo que ofrezca deja de ser ridí­culo.

Leer los entrecomillados de la noticia que da cuenta la decisión de Garzon en relación con el acto de batasuna en Altsasu es leer algo más propio del 28 de diciembre que de una sección de información seria. Y esque lo que empieza a faltar en todo esto es precisamente seriedad, la más llana, simple y pura seriedad, y eso empieza por llamar a las cosas por su nombre.

Aquí­ asistimos perplejos a como las cosas pasan de ser a no ser, de existir a no existir, de tener nombre a no tenerlo, como si eso bastase para que dejasen de existir.

Decir que “que no consta que la convocante, Blanca Esther Agirre, tenga “relación orgánica” con Batasuna”, mientras se la ve entrar en la foto con Jone Goirizelaia, por poner un ejemplo, es querer cerrar de pronto los mismos ojos que antes estuvieron tan abiertos.

Decir que la vinculación “histórica” de los impulsores con Batasuna, o EH, “no es razón suficiente para impedir la celebración de un acto que, en principio, no presenta elementos para vincularla con Batasuna”, además de curioso es todo un insulto y una provocación a todos los candidatos, y a sus posibles votantes, que fueron dejados de lado hace menos de cuatro años por ese mismo motivo. Eso a pesar de esa coletilla de “en principio”, que ya sabemos por otros casos recientes que da mucho juego.

Hace bien Batasuna en reclamar que se derogue la Ley de Partidos, porque su aplicación, deuestra ser de todo menos ecuánime, de todo menos justa, es, sin más ni menos, un monumento a la parcialidad, una espada de damocles.

Y es que termino por donde empezaba, para aparentar seriedad, hay que tenerla. No es de recibo que unos y otros jueguen con la vida y la esperanza de mucha gente. No es responsable dar a las cosas más misterio del que tienen, no es ético convertir en esperpento la posibilidad de finalizar un drama.