Regalo o derecho

Réplica en forma de carta a la carta publicada por Pedro Morales Moya el 2 de septiembre de este mismo mes, y que se reproduce tras la réplica

Querido Amigo Pedro. Permí­teme desde la amistad mostrarte mi discrepancia, sin ánimo de polémica, con lo que expresas en tu carta titulada En España.

Ibarretxe no ocupa su cargo por su condición de español, sino por mandato del Parlamento Vasco en tanto que cabeza de la lista más votada por los ciudadanos de la CAPV. Lista que incluso en ílava fue la más votada. Somos los ciudadanos vascos quienes así­ lo hemos decidido.

Las instituciones con que contamos los vascos residentes en las tres provincias de la CAPV no son producto de algo concedido graciosamente por todos los españoles, sino más bien el resultado del reconocimiento de ciertos derechos históricos y, lo que es más importante, de la voluntad de la ciudadaní­a vasca para contar con ellas.

Como nacionalistas vascos con pasaporte español, pagamos religiosamente nuestros impuestos en el estado español, del que queramos o no, a fecha de hoy somos ciudadanos. No es traición, sino nuestro derecho, nuestro deber y nuestro único camino si tenemos una concepción ética de la convivencia, participar en las instituciones que contribuimos a mantener para desde ellas conseguir por medios democráticos nuestras legí­timas aspiraciones.


Texto de la carta objeto de réplica.
El dí­a 2 de septiembre del 2005, El Correo Español:

EN ESPAÑA-

Al iniciarse el curso polí­tico el Lehendakari Ibarretxe nos habla de un doble objetivo: acabar con ETA y alcanzar un acuerdo de convivencia amable con España. De forma sugerente nos dice que ese acuerdo > España es previo y necesario para la desaparición de ETA. Veamos: Ibarretxe ocupa el cargo por su condición de español, ya que el Estatuto y las instituciones que de íƒÂ©l dimanan, nacen de la ConstituciíƒÂ³n. Si fuera consecuente tendríƒÂ­a que decir un acuerdo amable no >, sino > EspaíƒÂ±a y, por supuesto, entre vascos de nacionalidad espaíƒÂ±ola y los dem탡s espaíƒÂ±oles. Los vascos franceses o los de Estados Unidos no gozan de las prerrogativas que tenemos los vascos españoles. ¡Ya las quisieran!

Ibarretxe pretende -lo cual es una grave inconsecuencia- seguir disfrutando de los momios que le han dado todos los españoles y desde las instituciones autonómicas españolas dinamitar la unidad nacional.

Lo primero y más honesto, lo consecuente con sus ideas, deberí­a llevarle a renunciar al cargo (por ser un cargo español y otorgado por españoles) y luego, con todos los nacionalistas vascos, luchar desde fuera por alcanzar sus ideales, que me parecen totalmente legí­timos.

Lo demás es aprovecharse de su posición para ganar adeptos y vendernos una burra ciega a precio de petróleo; preeminente posición para traicionar a los que han posibilitado que esté donde está.

Pedro Morales Moya. Vitoria-Gasteiz.

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