A rí­o revuelto…

enviada a El Paí­s y no publicada

En la edición impresa del diario El Paí­s del 4 de Enero, se incluye un especial de 6 páginas bajo el enunciado  “Catástrofe en Asia”. La última de ellas incluye el término “Testimonios”. La magnitud de la catástrofe y sus repercusiones justifican con creces este singular tratamiento informativo.

Lo que sin embargo, y a mi entender, es absolutamente injustificable, es la inclusión en esta página de una columna que firma Hermann Tertsch y que lleva por tí­tulo “Los pozos negros”.

El Paí­s ha venido sustentando su prestigio en la oferta de una información extensa y objetiva, especialmente en lo que se refiere a la información internacional. El Paí­s ha impulsado prácticas como las del defensor o defensora del lector, la aplicación de un libro de estilo que evite tendencias “amarillistas”, etc. etc. Es por ello que, lo que en otros serí­a comprensible e incluso lógico, en El Paí­s me resulta tan chocante como inadmisible.

¿Cómo puede incluirse esta columna en una página dedicada a recoger testimonios sobre una catástrofe que ha segado más de cien mil vidas de golpe y que ha condenado a muchas más, millones quizás, a la pobreza, las plagas y el hambre?

Una columna cuya referencia a la catástrofe que justifica su inclusión en esta página no es a la postre mucho más que una excusa para alcanzar su objetivo real, animar a los dos grandes partidos del Estado a unir sus fuerzas para defender “este desafí­o a la democracia española”. Si claro, hablamos del Plan Ibarretxe, o, mejor dicho, hablamos de una Propuesta de Nuevo Estatuto aprobada por la mayorí­a absoluta del Parlamento Vasco, nada más, ni nada menos. 

No cuestiono en absoluto la libertad del medio para establecer su lí­nea editorial, ni la de articulistas o colaboradores para expresar sus opiniones. Lo que me disgusta es la inoportunidad de incluir este tipo de mensajes en este contexto, inoportunidad que puede considerarse casi rallana en lo subliminal, en tanto que mezclar las para algunos trágicas consecuencias del Proyecto de Estatuto con los testimonios de supervivientes a la tragedia asiática entiendo yo que podrí­a serlo.

No puedo además dejar de señalar, para terminar, que el lenguaje que utiliza el columnista me parece en todo caso desafortunado, apocalí­ptico y plagado de acusaciones tan genéricas como infundadas. Expresiones como “tsunami polí­tico”, “Amenaza a la vida y a la hacienda de centenares de miles de compatriotas”, “gestada sobre los cadaveres de casi mil españoles por una alianza entre el terrorismo y el nacionalismo de cuello blanco”, “polí­ticos formados en la democracia han decidido traicionarla para unir fuerzas y compartir fines con asesinos”, etc. etc. me parecen en cualquier caso desafortunadas, pero en el contexto de esta página me resultan incluso ofensivas.

 

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