Una cruzada con futuro, w3aeiou

…aquello que comenzó como un flirteo con la utopí­a se haya convertido hoy en dí­a en una cruzada…

Hace unos años, cuando la web comenzó a dar sus pasos, lo importante, lo vital, era estar. No importaba el cómo, ni a veces siquiera el para qué. Se trataba de estar y punto (com).

Al amparo de un limitado soporte, distintos gremios se pusieron manos a la obra y crearon lo que en buena medida subsiste aún hoy en la red, el caos.

A ese caos han contribuido las guerras comerciales, que impidieron el avance en paralelo imponiendo plataformas diferenciadas y a menudo incompatibles.

Pero contribuyeron también los enfoques parciales adoptados en la creación de sitios. Enfoques sesgados por las estructuras de empresas y organismos. Y por informáticos centrados en trasladar sus cortos esquemas cliente-servidor a un medio que no entendieron (ni probablemente hayan entendido aún). Y por artistas empeñados en marcar la diferencia cuando de lo que se trataba era de crear lenguaje, de convencionalizar.

De todo ese caos hay dos grandes perdedores. Y son precisamente los llamados a ser protagonistas de la red. Los usuarios y los dueños de los sitios.

Los usuarios al sentirse ignorados, en el mejor de los casos, cuando no directamente despreciados en su supuesta condición de ignorantes.

Los dueños de los sitios al sentirse engañados por visionarios que, a cambio de grandes inversiones, sólo eran capaces de ofrecer clientes perplejos o insatisfechos.

En esos tiempos, hablar de cualquiera de los cinco puntales de este sitio era poco más que clamar en el desierto. Si el discurso se prolongaba, el riesgo de terminar en psiquiátrico iba creciendo poco a poco.

Grandes figuras como Jakob Nielsen, el impulso legí­timo de los colectivos más olvidados, hablamos por supuesto de los discapacitados, y, sobre todo, la fuerza de los hechos, lease la falta de resultados, han hecho que aquello que comenzó como un flirteo con la utopí­a se haya convertido hoy en dí­a en una cruzada cuyo número de soldados crece dí­a a dí­a.

Basta con echar un vistazo a la lista creciente de sitios que sobre estos temas van apareciendo.

A la hora de iniciar esta columna, que menos que agradecer a todos los que trabajan en esta lí­nea su esfuerzo.

ínimo y a seguir adelante.

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