Noticia y ciencia. ¿universos paralelos?

Entendiendo periodista como experto en difusión de información y aún como habitual de la opinión, hablaré, por mi formación, en primera persona.

Ayer tuvo lugar en Vitoria – Gasteiz un encuentro internacional con figuras de alto nivel científico que dieron sus impresiones y aportaciones en un tema tan sensible como Iruña – Veleia. Tanto el hecho en sí, como el proceso en que se inscribe y especialmente el papel que en éste han tenido los medios de comunicación me ha provocado algunas reflexiones en modo pregunta o impresión abierta, que es como suelo reflexionar.

La primera de ellas tiene que ver con el gremio de los “plumillas” en general. Cuando “la profesión” sufre un ERE o el exabrupto de algún “aludido” que se siente perjudicado, o simplemente algúna indicación sobre el tratamiento dado a un tema que venga a poner en duda la independencia o la profesionalidad de un profesional, “la profesión” salta al unísono como una hidra. Se oyen expresiones del tipo “independencia”, “libertad de información”, derecho de opinión, y hasta se habla del papel fundamental de la prensa en el sistema de libertades y del elogiable papel del periodista como paladín de la libertad. Poca o escasa autocrítica. Nula asunción de responsabilidad y ni un triste “mea culpa”. Es como si mirándonos como nos miramos al ombligo con tanta frecuencia no fuésemos capaces de vernos nunca una pelotilla.

Los periodistas somos a veces como los políticos, hablamos de todo sin saber de nada. Y eso no es malo de por sí. En uno y otro caso cumplimos nuestro papel, o deberíamos cumplirlo. Nuestra capacidad de comprender lo que no sabemos escuchando al que sabe, nuestro mandato imperativo de contrastar opiniones, ofrecer versiones y sabernos documentar son las armas con las que evitar caer en la manipulación o la ignorancia. Pero no practicamos esas armas con tanta frecuencia como las proclamamos necesarias.

Con la ciencia es especialmente frecuente este modelo. Nuestro universo y el suyo transitan por realidades paralelas. Y eso cogiendo de las caracterísitcas de lo paralelo no ya lo de recorrer camino parecido, sino lo de ser incapaces de encontrarse nunca.

Vista la cobertura del evento al que hacía referencia, El encuentro científico internacional sobre Iruña Veleia, uno tiene la impresión de que a la prensa la ciencia le impresiona poco. Bueno, cuando viene envuelta en el IkerJimenezismo, o trufada de morbo y posibles linchamientos si, pero cuando es pura ciencia no tanto. Es más fácil escribir una página completa sin contrastar, ni incluir versiones dispares. Es más fácil ser parte que tener el arte para reclamar la independencia que se dice representar. Es más fácil disparar que estudiar, repetir que comprender, acusar que instruir. Y así nos va, con la ciencia, con la política y hasta con el deporte.

Como buen periodista no me he tomado la molestia de investigar quién fue y quién no. Como buen periodista me permito la licencia de intuir que no me equivocaría si afirmo que muchos de los que llenaron páginas completas con acusaciones no estuvieron presentes en el sitio donde les podrían dar otras informaciones. Pero en todo caso, y como subgremio dentro del gremio, yo es que soy un opinador más que un informador y por eso puedo intuirlo y hasta decir que lo intuyo. Y eso de opinar, algunos de los informadores de información, deberían de tener claro que, a la hora de imprimir, es patrimonio nuestro, no suyo. Unos informan para que otros opinemos. Si el informante opina y el opinante tiene que investigar al margen de lo que le informan no hace falta nadie ajeno al gremio para hacernos quedar como lo que somos… un poder más sujeto a intereses que como soldados defendemos que a los valores que decimos defender.

Eso sí… sigo siendo de los que aspira a soñar que algún día la verdad nos hará libres, aunque haya medios que se niegen a decírnoslo.

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