Tanto dar guerra con el monumento a la batalla, y las rogativas sin hacer. Todos enfrascados en denuncias, sospechas, acusaciones y respuestas, y el pantano sin llenar.
Yo decidí hace tiempo no lavar mi coche, entre otras cosas para ahorrar ese bien tan escaso, el agua, pero como siga sin llover no me quedará más remedio, visto que nadie se decide a extender lo de la limpieza en seco al sector del automovil, y visto que el margen de visibilidad de mis cristales es crecientemente exiguo.
Al igual que el ayuntamiento de Gasteiz busca agua aquí y allá, yo he empezado por recomendar a mi barman favorito que me eche menos hielo al martini, ya se sabe, gota a gota…
Y esque mucha previsión, mucha planificación pero al final, nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, y claro, entonces la santa o está muy ocupada, o no nos oye por el estruendo de los truenos que nos asustan. Y algo de esto ha debido pensar el alcalde de Asparrena, el amigo Juan Luis, cuando hemos aparecido los gasteiztarras a pedirle agua. A él, que lleva años buscando recursos para adecentar el nacedero de donde sale el agua que ahora se le pide, que junto a su colega de Agurain, Iñaki Beraza, llevan años peleando por sacar adelante la presa de Korosparri, con lo que tendríamos a fecha de hoy ya embalsada el agua que pedimos, a ellos, a los que no ofrecemos contrapartida alguna por el agua que vamos a cobrar en Bilbao y en Gasteiz y que Iberdrola turbinará en Barazar. Pero claro, como solía llover, las palabras se las lleva el viento y las peticiones las arrastra el agua de lluvia.
Alguno le tachará de insolidario, pero bien pensado somos nosotros los insolidarios, los que nos acordamos del que tiene algo cuando nos hace falta. En fin, que al final lloverá, y Korosparri sin hacer, y diremos aquello de que de esos polvos vienen estos lodos. Eso sí, si no llueve, podremos bombear agua desde Subijana Morillas con lo que eso supone de gasto energético, pero claro, se ve que los ribereños no se quejan…
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